Manuel Añorve, el candidato del despilfarro.

No es un secreto a voces, es una realidad visible y presente en todo Guerrero: Manuel Añorve rebasó desde hace tiempo, y por cientos de millones de pesos, los topes de campaña estipulados por el Instituto Electoral del Estado de Guerrero para la elección a gobernador que se lleva a cabo en estos días.

Conocedor de esta situación, Añorve, de manera cínica, continúa gastando sin control, contratando espacios publicitarios en camiones, espectaculares, internet, prensa, y por supuesto, cine y televisión; pagando grandes cantidades a artistas que sólo exponen su reputación al aparecer con él en público; además, claro está, del dineral que utiliza para movilizar grupos y comprar votos.

El despilfarro es escandaloso. Todos los días aparecen nuevos anuncios que parecen burlarse de la legalidad y las instituciones jurídicas y políticas encargadas de regular la contienda electoral, además de insultar a una población que sufre una profunda pobreza y falta de oportunidades.

Si, como indican las tendencias que parecen irreversibles, Manuel Añorve pierde la elección, tocará a la ciudadanía demandar la transparencia en las cuentas del municipio de Acapulco, así como exigir el castigo a todos los funcionarios que violaron las disposiciones oficiales al apoyar con recursos y/o tiempo, al hoy candidato del PRI a la gubernatura de Guerrero.

Peso a peso, deberá saberse en qué gastó Manuel Añorve los 1000 millones que heredará de deuda a la gente de Acapulco (porque es claro que él no pagará ni un centavo de lo que utilizó para su campaña y/o se embolsó para beneficio personal).

Manuel Añorve demuestra con creces, porque es el representante de la vieja política mañosa, tramposa y corrupta que no tiene reparo en sacrificar a su gente, con tal de alcanzar sus ambiciones personales.