Manuel Añorve, el candidato de la deuda.

El día de ayer, en una sesión que se pretendió secreta, el cabildo del municipio aprobó por órdenes de Manuel Añorve, endeudar al municipio de Acapulco por 360 millones de pesos, que se suman a los previos 840 que ya se debían, disparando el déficit de esta entidad a una cifra que supera los 1000 millones de pesos.

La cantidad es escandalosa e insultante porque es dinero que se tendrá que cubrir con recursos públicos que terminará por pagar la gente de Acapulco, a través de más impuestos y restricciones de las aportaciones estatales que recibe el municipio.

Esto significa que el "Acapulco de 10", será un sitio donde sus habitantes vivirán hipotecados durante los próximos años, sin muchas posibilidades de mejorar los problemas que les aquejan como la falta de agua, inseguridad, baches, basura, etc., ya que tendrán que pagar el dinerito que el candidato del PRI se lleva hoy para él y su campaña.

Manuel Añorve ha decidido, como siempre, que primero está él. Le importa un comino la gente. Hoy necesita dinero para su campaña y descaradamente, endeuda al municipio para desviar recursos públicos y poder seguir pagando sus helicópteros, camionetas blindadas, renta de pisos completos en hoteles, banquetes, medios de comuncación, y por supuesto, intentar comprar votos para su causa.

La tragedia para Acapulco es que ese dinero está perdido. Añorve sigue cayendo en las preferencias y a este ritmo, se enfila a una humillante derrota electoral que significará el fin de su carrera política. Después de eso, despararecerá del mapa político sin dar la cara por el robo, el desfalco y el desastre que deja en el municipio.

En un Estado como Guerrero, cuyos niveles de pobreza son extremos, sacrificar el futuro de las siguientes generaciones con una deuda que no servirá para nada, es imperdonable.