miércoles, 27 de junio de 2012

Entre broma y broma...

Entre broma y broma, la verdad se asoma, dicen por ahí. Los periodos electorales, con todo la carga racional y emotiva, chusca y violenta, que los acompañan, son el semillero del que surge gran parte de la normalmente inequívoca filosofía popular. Los comentarios, opiniones, insultos, groserías y demás artimañas que utilizan quienes de una u otra forma se ven involucrados en las elecciones, dejan un registro en nuestro inconsciente difícil de borrar. La más reciente campaña electoral por algunos distrito de Chilpancingo, así lo demuestra.

Desde hace ya algunas semanas, comenzó a circular por las redes sociales una imagen que muestra el rostro de Mario Moreno Arcos -una vez más candidato a la presidencia municipal-, Héctor Astudillo, actual presidente- y José Luis Perarlta Lobato -candidato a diputado-, tres políticos priístas cuya larga e ininterrumpida presencia en la política local, los ha convertido en blanco de críticas, tanto por ineptitud e ineficiencia de sus desastrosas gestiones, que hoy tienen a Chilpancingo en un estado lamentable, como por la obsesión caciquil por mantenerse en el poder y evitar la llegada de nuevos cuadros.

Independientemente de los comentarios que evoque la imagen, es indudable que ésta refleja un claro sentir ciudadano sobre los vicios y malas prácticas políticas que estos personajes han instaurado en el municipio, y quienes hoy, una vez más, buscan heredarse el poder para cubrirse la espalda y seguir haciendo de las suyas, manejando el municipio a discreción y como botín de uso estrictamente personal. Al menos, así lo muestra la dinámica entre Mario Moreno Arcos y Héctor Astudillo.

En el caso de José Luis Peralta Lobato, el asunto resulta más triste, pero no por eso menos grave. Este individuo, conocido por ser un auténtico bolsón, arrastra la sombra de ser el clásico burócrata-ocupa-cargos, que, entre otras cosas, fue despedido de la Secretaría de Educación por haber cometido la infame movida de incorporar a personas que cobraban como funcionarios, pero que realmente eran simples prestanombres que trasladaban su quincena a la bolsa del hoy candidato a diputado por el PRI en el VII distrito en el estado de Guerrero. El cinismo en su máxima expresión.

Para este personaje, traemos a colación un chusco video que muestra la faceta con la que el imaginario popular lo ubica: la del político huevón e ineficiente que vive del erario público bajo la ley del nulo esfuerzo y, por supuesto, de la insensibilidad por los problemas que realmente aquejan a la gente.





Cuando el río suena, es porque agua lleva, dice el viejo refrán. Si hoy a estos individuos se les apunta, es porque algo o mucho hay de cierto en lo que la gente comenta y platica.

Sus comentarios, son bienvenidos.

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